Bajo el lema “COOPERATIVISMO PARA REAPROPIARNOS DE LA VIDA“, la XXVI edición de las Jornadas de Economía Solidaria, que se celebra entre el 27 y el 29 de septiembre de 2021, quiere dar respuesta al paisaje post COVID-19 con la mirada puesta en el proceso de reconstrucción del modelo socio-económico que está ya en marcha y al que se aporta desde la Economía Solidaria propuestas cooperativistas y de apoyo mutuo.
La pandemia mundial ha mostrado cómo, mientras las costuras socio-comunitarias resistían al impacto de la crisis, las del capitalismo saltaban por los aires, mostrándolo como un sistema estructuralmente frágil, incapaz de sostener las condiciones de vida en momentos de emergencia social.
Las propuestas a las que damos voz en las Jornada están enfocadas a ofrecer alternativas ante la situación post pandémica. Elegimos el modelo cooperativista, en primer lugar, por su gestión democrática y participativa que, realmente, “no deja a nadie atrás”. En una cooperativa no existe esa forma clásica de funcionar con dinámicas jerarquizadas, sino que la toma de decisiones se realiza colectivamente y todas las personas integrantes trabajan por un proyecto que es suyo.
En segundo lugar, las cooperativas favorecen unas condiciones laborales acordes con las necesidades humanas y entienden el trabajo como un instrumento al servicio de las personas, con respeto a sus propios ritmos y no como una aspiración a producir por producir.
En tercer lugar, porque las cooperativas tienen una fuerte vinculación con el territorio, creando empleo de calidad y fomentando sociedades más resilientes: apoyan causas sociales, respetan los ciclos y ritmos de la naturaleza y, en definitiva, contribuyen a mejorar la sociedad.
Por último, NADA tendrá sentido en estas Jornadas de Economía Solidaria sin nuestra mirada feminista, que nos interpela y recuerda la necesidad de poner la sostenibilidad de la vida en el centro, de asumir que la vulnerabilidad es una característica humana. Las relaciones humanas están basadas en la interdependencia. Por ello, resulta urgente avanzar hacia una distribución más justa y equitativa del cuidado, tanto en nuestros propios hogares, como a nivel social y económico… El cuidado es una cuestión política, no algo que debamos resolver de forma individual, ya que está en el sentido último del hecho social.
