La pandemia ha puesto en valor principios como la solidaridad, la búsqueda del interés colectivo o el compromiso, que son parte del ADN de otra forma de hacer economía, que representa el 6,8% del PIB y factura 2.500 millones.
La pandemia “ha dejado en evidencia el modelo político y social que teníamos basado en una economía puramente de mercado”, afirma Magdalena Sancho, secretaria técnica de la Asociación de Economía Social de Aragón (Cepes). “Una economía colaborativa, más pegada a las personas que a los beneficios, se ha hecho más necesaria que nunca”, dice, y por eso reivindica voz para las empresas de inserción, centros especiales de empleo, cooperativas, sociedades laborales y todo ese tejido que conforma la economía social. “Queremos estar en los órganos representativos de la región como el Consejo Económico y Social de Aragón (CESA)”.